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“He sido testigo de horrores inimaginables”: La violencia sexual se utiliza como arma de terror contra las mujeres y las niñas en todo Sudán

Mujeres con pañuelos blancos en la cabeza miran hacia un gran cartel con una mujer y un logotipo del UNFPA
Hay informes alarmantes de que la violencia sexual se está utilizando como arma de terror en todo Sudán. Se estima que más de 12 millones de mujeres y niñas, y cada vez más hombres y niños, están en riesgo de agresión. ©UNFPA Sudán
  • 02 de abril de 2025

ESTADO DEL NORTE, SUDÁN – A finales de 2024, hombres armados entraron por la fuerza en la casa de Layla* en Jartum, la capital de Sudán, mientras ella estaba sola con sus hijos. "Detuvieron a mi hijo y me llevaron a un automóvil distinto", relató al UNFPA, la agencia de la @ONU_es para la salud sexual y reproductiva. 

“Me di cuenta de que miraban a mi hija de manera lasciva; ella apenas tiene 18 años. Probablemente me llevaron para dejarla sola”. 

Los temores de Layla por su hija fueron un precursor de lo que más tarde enfrentaría en una prisión superpoblada, donde estuvo detenida durante casi tres semanas. “Trajeron de vuelta a mi hijo y comenzaron a golpearlo delante de mí. Luego me llevaron a donde mantenían presas a las mujeres, me interrogaron, me acusaron de ser espía y aseguraron que mi esposo trabajaba para el ejército”.

Más de 12 millones de mujeres y niñas en Sudán corren el riesgo de sufrir violencia sexual

Aunque el ejército sudanés ha retomado recientemente zonas estratégicas de Jartum, en ese momento las fuerzas paramilitares de la oposición estaban en control. Layla describió haber sido desnudada, golpeada y detenida sin cargos.

“He sido testigo de horrores inimaginables”, afirmó. “Cuando se fueron los oficiales, los soldados comenzaron a violar a los prisioneros. Llevaban a las mujeres jóvenes al patio, y durante toda la noche se oían los gritos de mujeres y niñas”. 

“Oí esos gritos durante los 19 días que estuve en esa prisión”.

Durante la guerra, ha habido informes crecientes y alarmantes de violencia sexual utilizada como arma de terror en todo Sudán. Se estima que más de 12 millones de mujeres y niñas, y cada vez más hombres y niños, están en riesgo de agresión, un aumento del 80 % con respecto al año anterior.

Una creciente crisis sanitaria

: Una trabajadora sanitaria vestida de blanco con pañuelo florido sostiene una muestra de sangre dentro de una clínica
En todo Sudán, el UNFPA presta servicios de salud reproductiva y protección a través de 90 equipos móviles de salud, más de 120 centros de salud y 51 espacios seguros para sobrevivientes de violencia sexual. ©UNFPA Sudán

Desde el estallido de la guerra, en abril de 2023, la situación ha empeorado drásticamente, con casi 13 millones de personas desplazadas por la fuerza (casi un tercio de la población) y el sistema de salud casi destruido. El UNFPA presta servicios de salud y protección reproductiva a través de 90 equipos móviles de salud, más de 120 instalaciones de salud y 51 espacios seguros donde las sobrevivientes de violencia sexual pueden buscar ayuda y refugio de forma anónima.

“Oí esos gritos durante los 19 días que estuve en esa prisión”.

Esta asistencia incluye tratamiento clínico y asesoramiento psicológico posterior a violaciones, abusos sexuales y agresiones, así como remisiones para asistencia jurídica y concienciación entre las comunidades sobre los riesgos de la violencia sexual, la coerción y la trata.

En un espacio seguro apoyado por el UNFPA, Layla explicó cómo luchó para soportar la terrible experiencia en prisión. “Un día, una niña de 16 años fue llevada de vuelta a la celda, sangrando profusamente”, recordó. “Vino hacia mí, me abrazó, y lloramos juntas durante todo un día”.

“Para el noveno día decidí que quería morir: no podía soportar la idea de ser violada también. Así que dejé de comer y beber, eventualmente me enfermé mucho, y me liberaron”.

Aunque Layla y la joven sobreviviente pudieron encontrar apoyo de salud física y mental a través del espacio seguro, no se cuentan entre la mayoría. En los últimos dos años se han registrado más de 540 ataques contra centros de salud, con frecuencia son despojados de suministros y equipos y se ataca a trabajadores de la salud, pacientes y ambulancias con violencia e intimidación.

Un llamado de apoyo urgente

Una mujer con bata azul y morada lava la ropa a mano en un gran lavabo de lata
Desde el estallido de la guerra en Sudán, la situación ha empeorado drásticamente, con casi 13 millones de personas desplazadas por la fuerza, un tercio de la población. ©UNFPA Sudán

Maha Mahmoud, trabajadora social de un espacio seguro apoyado por el UNFPA en Dongola, en el estado del norte, admitió que las instalaciones de salud ya no son refugios seguros.

Los cortes de financiación sin precedentes están afectando al pueblo de Sudán justo cuando las necesidades nunca habían sido mayores

“Me informaron que una joven había sido violada en un hospital de maternidad”, dijo al UNFPA. “Tenía 18 años, estaba divorciada y tenía una hija, y había estado viviendo con su familia cuando las fuerzas de la oposición entraron en su área. Se la llevaron, junto con muchas otras mujeres, y las violaron”.

“Ella perdió el conocimiento. Cuando despertó, se encontró rodeada de otras chicas, todas las cuales también habían sido violadas. Las dejaron en la calle”. 

La mujer descubriría más tarde que estaba embarazada. “Se dirigió al espacio seguro, donde le proporcionamos apoyo psicológico y toda la atención médica necesaria”, dijo la Sra. Mahmoud, y agregó que la mujer y su bebé se están recuperando lentamente. “Desde entonces, hemos seguido ayudándola a sobrellevar el trauma”.

En 2025, el UNFPA solicita 119,6 millones de dólares para su labor en Sudán, y otros 26 millones de dólares para ayudar a los refugiados en el país. En el estado septentrional, los programas de salud sexual y reproductiva y los espacios seguros del UNFPA funcionan con financiación de Canadá, la Unión Europea, Japón, Noruega, Suecia y el Reino Unido. Sin embargo, los recortes de financiación sin precedentes de muchos donantes principales están poniendo en peligro la salud y la vida de cientos de miles de mujeres y niñas. 

Los Estados Unidos han sido apoyo crucial del pueblo de Sudán, pero las recientes interrupciones de fondos dejarán a unas 250.000 mujeres sin servicios de salud reproductiva. También se ha detenido la capacitación de trabajadores médicos de primera línea, y 10.000 mujeres perderán el acceso a espacios seguros que brindan apoyo médico, legal y psicosocial.

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